Día internacional de la conservación del suelo
Cada 7 de julio desde 1963 se celebra el Día internacional de la conservación del suelo, un día al que desde Biowatio nos sumamos para divulgar la importancia que tiene para el medioambiente la conservación del suelo y el peligro a nivel mundial que entraña su degradación.
Cómo ya mencionamos en un artículo anterior, el cambio en el suelo es uno de los 9 puntos de equilibrio de la tierra que ya hemos sobrepasado
En España el 75% de nuestro territorio está sufriendo un proceso erosivo causado por las actividades de los sectores agrícolas, ganaderos y forestales.
Para llegar a esta situación nuestros suelos pasaron por diferentes niveles de degradación:
- Compactación: la pérdida de porosidad del suelo, fundamental para la circulación del agua, el aire, las raíces y los organismos vivos. Es decir, la calidad de la organización en red.
- Estratificación: este proceso sucede tras compactarse el suelo, creándose una película impermeable que evita que el agua penetre en las capas inferiores del sustrato. Este proceso afecta también a la capacidad de absorción del suelo, que como resultado se satura más rápido.
- Escorrentía: sucede en periodos donde las lluvias son fuertes y continuas. El suelo no es capaz de filtrar la cantidad de agua que recibe, como resultado esta corre por su superficie arrastrando consigo todo lo que encuentre, desde sales minerales hasta residuos fitosanitarios. Este proceso tiene por lo tanto una doble consecuencia al llegar estas aguas a alguna corriente fluvial. Así no solo degrada el suelo, también agrava el daño medioambiental.
- Erosión: es la fase más crítica. El agua causada por la escorrentía se concentra y se potencia, lo que provoca importantes pérdidas de suelo. La ECAF (Federación Europea de Agricultura de Conservación) estima que la erosión anual del suelo en Europa ronda las 17 toneladas/ha. Existen otras formas de erosión, como la erosión por labranza o la eólica.
- El poder de capturar carbono: Un suelo sano es significado de una mejor calidad del aire. En un suelo sano las partículas de dióxido de carbono son capturadas para ayudar a los organismos que lo habitan. Sin embargo, un suelo erosionado pierde esta capacidad, una consecuencia más del cambio climático que no solo afecta a la agricultura o la ganadería.
La deforestación es otra de las consecuencias de la degradación del suelo en la que este pierde total o parcialmente el potencial de producción. El cambio climático es, en muchas ocasiones una de las causas de la desertificación. Esto sucede por la reducción o las alteraciones en las precipitaciones, lo que provoca un estrés hídrico (como el que está atravesando diversas poblaciones de España actualmente) y largos periodos de sequía. Pero también hay otras causas:
- La deforestación, un procedimiento que además es uno de los impulsores de la reducción de la biodiversidad. Otro de los 9 límites que la humanidad ha traspasado.
- El uso desequilibrado del suelo
- El mal uso de la mecanización
Por ello, conservar el suelo en unas condiciones ecológicamente saludables y el Día internacional del suelo pretende poner el foco en la importancia de su cuidado y los peligros que conlleva su degradación.