Los expertos indican que las emisiones de CO2 deben llegar a su límite antes de 2025, cayendo drásticamente después para evitar llegar a un punto de no retorno climático, en el que las consecuencias para el medioambiente serían devastadoras. Esto le da a la humanidad un breve margen de menos de 10 años para reducir, casi de forma total, sus emisiones de gases de efecto invernadero.